viernes, 29 de junio de 2012

Pedro Páramo de Juan Rulfo, pág. 6



Era ese tiempo de la canícula, cuando el aire de agosto sopla caliente, envenenado por el olor podrido de las saponarias.
El camino subía y bajaba: "Sube o baja según se va o se viene. Para el que va, sube; para el que viene, baja."

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