Miró su plato y meneó la cuchara. En su vida recordaba una sopa tan espesa e insípida.
—¿Cuántas latas dices que compraste? —preguntó a su madre sabiendo de antemano que se había excedido por mucho en la compra de latería.
—No lo sé. Lo suficiente para un mes, supongo —la escuchó suspirar desde la cocina.
Su madre, una mujer creyente de lo esotérico y místico, había enloquecido una semana antes del supuesto fin del mundo. Había tomado a sus hijos y manejado hasta la tienda departamental más cercana para abastecerse de todo lo necesario y subsistir en caso de cualquier catástrofe. «Porque así de vagos son los mayas» pensó, aún con la mirada clavada en el caldo cuajado, indignada por la propaganda de quién sabía cuántos años y la fe ciega que la gente le tenía a ese tipo de cosas.
—Te dije que no pasaría nada, mamá —dijo su hermano.
—Bueno, qué remedio. Tendremos que comer las conservas hasta que se acaben.
Sus hijos se miraron el uno al otro, nerviosos y sabedores de que no iba a ser tarea fácil, pero no dijeron nada. Hubo un entendimiento tácito entre ellos, así que continuaron revolviendo la sopa en sus platos, jugando con su textura y haciendo tiempo.
Esperaban con ansias el momento en que su madre se levantase de la mesa para hacer alguna otra labor doméstica para contravenir lo que les había dicho y, cuando al fin lo hizo, ella le hizo una seña a su hermano.
—Vamos, apúrate —susurró mientras vertía con prisa la comida en el fregadero.
—¿Y si se da cuenta?
Volteó a ver a su hermano imaginando el castigo que sería desayunar, comer y almorzar eso todos los días por un largo tiempo. Pensó que era un desperdicio tirar tanta comida, sin embargo, también concluyó que constituía un favor para los tres a largo plazo.
—Es lo de menos —contestó enjuagando los platos y cualquier rastro de lo que acababan de hacer—. No se acabó el mundo ayer, tampoco se va acabar hoy.
La credulidad es lo que tiene, jejjje.
ResponderEliminarPobrecillos, menos mal que siempre se puede trampear ;)
Felicidades.
Un besin
JAJAJAJAJA
ResponderEliminarA mi me paso algo similar para el 2000, mi madre estaba loca con las profesias religiosas y comimos guiso en lata un mes, y hasta como postre.
Me gustó mucho. Muestra el resultado cotidiano y palpable de un error de credulidad. Saludos.
ResponderEliminarMuy sencillo, gracioso y cotidiano!!!
ResponderEliminarUn saludo!!!
Jajajaja lo que pasa cuando a la gente se le mete en la cabeza algo....
ResponderEliminarMuy interesante tu relato.
Lleno de humor, pobres hijos que siempre pagan la de los padres!
ResponderEliminarSaludos.
Pobres se van a ensopar jaja
ResponderEliminarbesito
Mientras solo sea sopa, siempre pueden invitar a alguien todos los días a comer... eso sí, que traiga algo, como un buen vino o el postre.
ResponderEliminarMuy simpático y bien escrito.
Un saludo.
jajaja muy divertido, pobrecillos... felicidades :)
ResponderEliminarMás veces de las que nos pensamos los hijos sufren la locura de sus padres. Aquí el ejemplo.....jejeje.
ResponderEliminarHay, pooobres! Podría haber comprado melocotones en almíbar o latas de piña, la buena mujer, pero no, latas de sopa xD Pero podría haber sido peor, podrían haber sido latas de judías con ketchup :p
ResponderEliminarMe gusta tu relato sobre lo que ocurre después de que el mundo no se termine, muchos nos hemos centrado ne el antes o en tránsito, pero tu idea de iniciar la historia directamente después me parece muy buena.
Original l enfoque,me ha gustado,un beso
ResponderEliminarXD ¿a cuántos niños les habrá tocado tragar latas y latas después de semejante fiasco?
ResponderEliminarOriginal punto de vista, pero que podría ocurrir en cualquier familia...me ha gustado la naturalidad de la escritura.
ResponderEliminarSoy la mamá. No sólo eran latas de sopa, había atún, frijoles refritos, bayos y negros enteros, variedad de verduras, muchos litros de aceite y botellones con agua, así como botellas de agua de medio litro, un litro y litro y medio, montón de café, refrescos y más. A la fecha todavía abastezco a gente necesitada y si me toca a la próxima, espero al menos quedar cerca del cielo. Aclaro que si se repitiera el caso lo volvería a hacer, por si las dudas.
ResponderEliminarJajajaja, que grande tu madre, Rive!!
ResponderEliminarEstá genial el micro, muy bien redactado y con un enfoque muy original. Te luciste!!
Besote!!
Rivela:Pues a pesar de que hubo tanta propaganda, no sucedió lo que yo me temía, o sea que hubiese un gran desabasto en los almacenes y supermercados,debido a las compras de pánico. Por lo menos aquí en el Estado de México,todo transcurrió con mucha tranquilidad.
ResponderEliminarBuen escrito: Doña Ku